8 de enero EUSKAL HERRIA, Elkarbizitzarako. Bakerako. Etxerako BIDEAN.
Hoy, hemos llenado las calles de Bilbo, de Baiona, y de cientos de pueblos de Euskal Herria. Bajo el lema “Elkarbizitzarako, bakerako, etxerako bidean”, hemos salido a la calle miles de personas para reivindicar el fin de la legislación de excepción y para avanzar. Para reivindicar los derechos de personas presas, refugiadas y deportadas.
Esto nos emociona. Somos un pueblo solidario y lo hemos vuelto a demostrar hoy. Por eso, una vez más, os queremos dar las gracias por estar aquí.
Y también por estar junto a nosotras y a nosotros en las movilizaciones e iniciativas que hemos llevado a cabo durante 2021. No ha sido un año fácil, pero en lo que se refiere a la política penitenciaria, hemos podido ver las primeras señales de ese cambio que hemos esperado durante años. Lo hemos conseguido gracias a los consensos del ámbito político, sindical y social, y, sobre todo, gracias al trabajo y a la reivindicación de la ciudadanía. Lo hemos conseguido avanzando conjuntamente. Y este nuevo año, dando pasos en el mismo camino, conseguiremos que esos cambios sean la base para una nueva política penitenciaria.
Porque no hemos hecho más que empezar. Todavía el 50 % de las presas y de los presos vascos está en cárceles de fuera de Euskal Herria. Nos encontramos ante un bloqueo sistemático para progresar al 3er grado, para tener permisos de salida o para conseguir la libertad condicional. Todavía hay 19 personas presas con enfermedades graves, a las que se está vulnerando el derecho a la salud. Y no podemos olvidar a las personas de avanzada edad ni a las niñas y a los niños de la mochila. La legislación de excepción tiene muchas aristas y un cambio real tiene que dar una solución a todas esas situaciones.
Por ello, hoy, hemos querido sacar a la calle la reivindicación de poner fin a la política penitenciaria de excepción, en todos sus ámbitos y sin más demora. Porque esa política es el principal obstáculo para que las presas y los presos vascos recorran el camino a casa. Porque esa política es la garante de la vulneración de los derechos que hoy estamos defendiendo. Y cada día que siga vigente, sigue generando sufrimiento.
Ya que la convivencia no será posible sin no desaparece la vulneración de derechos generada por la legislación de excepción. Y, en el mismo sentido, para que sea realidad el proceso de vuelta a casa y para que se dé ese cambio total tan necesario en la política penitenciaria, es imprescindible avanzar en el camino hacia la convivencia y hacia la paz.
Sigamos caminando, haciendo el camino a la convivencia, a la paz y a casa. Entre todas y todos lo conseguiremos.