Konponbide Osoa Orain | Para leer en las concentraciones del 3 de abril
Ayer y hoy, Béatrice Molle-Haran y Txetx Etcheverry están compareciendo en el tribunal correccional de París. El 16 de diciembre de 2016, en Luhuso, ambos intentaron neutralizar armas y explosivos provenientes del arsenal de ETA. Esta acción fue respaldada y aplaudida por la mayoría de la sociedad vasca y representantes de casi todas las tendencias políticas.
Estas personas, activistas reconocidas por su compromiso no violento, junto a otras ya fallecidas, vinieron a compensar la ausencia de iniciativas de París y Madrid para hacer posible el desarme seguro y ordenado de ETA que hacía cinco años había decidido poner fin a la lucha armada. Los dos Estados, por el contrario, continuaron con la represión, las políticas de dispersión y excepción respecto de los presos y presas vascos.
El propósito de la acción en Luhuso fue poner fin a cinco años de inacción arriesgada por parte de las autoridades. Después de Luhuso, cientos de otros «Artesanos de la Paz» tomaron la iniciativa y el 8 de abril de 2017, veinte mil personas se congregaron en Baiona para respaldar la neutralización del arsenal realizada por cientos de personas.
Posteriormente, se estableció por primera vez un espacio de trabajo oficial entre el gobierno francés y los «Artesanos de la Paz» sobre la cuestión de los presos y presas vascas, lo que permitió mejoras en sus condiciones de encarcelamiento. El 3 de mayo de 2018 ETA anunció su disolución.
Aún hay mucho trabajo por hacer para lograr una paz completa y duradera, sin deseos de venganza. Esto supondrá reconocer adecuadamente a las víctimas, abordar la situación de las personas que aún están encarceladas o en el exilio, y cumplir con el deber de memoria y verdad. Sin embargo, creemos que Luhuso marcó el fin de cinco años de inmovilismo y abrió nuevas posibilidades en Euskal Herria.
Por eso, pedimos que Béatrice Molle-Haran y Txetx Etcheverry sean absueltos. Esta absolución sería un claro indicio de una determinación para abordar las secuelas del conflicto armado en el País Vasco y de una voluntad de abrir un nuevo capítulo en nuestra historia.