Sare y Etxerat pedimos a los responsables penitenciarios que dejen de jugar con la vida de las personas presas con enfermedades graves
Gregorio Vicario debe ser progresado a 3º grado y quedar en libertad condicional para ser tratado con garantías y dignidad de su dolencia, en cercanía de los suyos
Desde Sare y Etxerat, llevamos muchos años transmitiendo la preocupación por la situación de los presos/as enfermos. Las enfermedades son variadas, pero, en concreto, aquellas relacionadas con dolencias cardiacas son las que, en el caso de los presos/as vascos, llevan a unas cifras de fallecidos elevadas.
El balance, desde 1988, nos presenta un total de seis presos vascos fallecidos en prisión como consecuencia de problemas derivados del corazón.
Hoy, tenemos que hacernos eco de la difícil situación que está padeciendo el preso vasco Gregorio Vicario Setién, que tal como hemos venido comunicando estos días, ha sido sometido a una intervención quirúrgica de urgencia en el Hospital de León, donde ha sido trasladado desde la prisión de Burgos donde se encontraba. Se le han colocado cuatro bypass, ante el riesgo inminente para su vida. Según conocemos, la intervención se ha realizado satisfactoriamente y ha comenzado la difícil recuperación.
En el caso de Vicario su situación no es repentina. Lleva mucho tiempo con estas dolencias. Hace año y medio, ya tuvo un primer ingreso hospitalario y este pasado mes de octubre, se le apreció una isquemia severa muy extendida, por lo que se le realizó un cateterismo y se le colocó un stent.
No nos cansaremos de repetir que la cárcel no es lugar adecuado para tratar este tipo de enfermedades. La normativa penitenciaria posibilita que estas personas puedan ser tratadas de sus dolencias fuera de prisión, pero desgraciadamente no se hace en el caso de los presos y presas vascos. No es un dato baladí que este preso tiene 64 años de edad y lleva 20 privado de libertad.
Hoy ha sido Gregorio Vicario, pero recientemente, en junio de 2018, el preso Josetxo Arizkuren fue hospitalizado en Murcia por una crisis cardiaca aguda y nuevamente, en noviembre de 2020, volvió a ser hospitalizado de urgencia tras sufrir un infarto de miocardio. Preso, también éste, con más de 60 años de edad y más de 20 de privación de libertad.
Desde Sare y Etxerat pedimos a los responsables penitenciarios que dejen de jugar con la vida de estas personas. Deben poner fin a la desasistencia médica continuada y poner medios para corregir detecciones tardías de enfermedades. Instamos, asimismo, a los gobiernos vasco y navarro a que den un paso adelante con sus servicios de salud en la atención sanitaria a la población reclusa.
Reiteramos a los responsables penitenciarios la necesidad de que dejen de bloquear las progresiones de grado de los presos vascos, impidiéndoles su acceso a la libertad condicional. Pedimos que Gregorio Vicario, sea progresado a 3º grado y con ello quede en libertad condicional, para que pueda ser tratado de sus dolencias fuera de la prisión. Cerca de los suyos.
Y hacemos la misma petición de libertad condicional para los otros presos gravemente enfermos.
Las y los queremos vivos. Las y los queremos en casa.
Presos vascos muertos por enfermedades de corazón
- Juan Carlos Alberdi (Urnieta) murió en Herrera en 1988 tras infarto
- Mikel Zalakain Odriozola (Billabona) murió en Martutene en 1990 tras sufrir un infarto
- Roberto Sainz Olmos (Portugalete) murió en Aranjuez en 2006 tras sufrir un infarto
- Xabier López Peña (Galdakao) ingresado de urgencia por problemas cardio-vasculares, murió a los dias de ser operado por derrame cerebral en 2013 en Fleury Merogis (París)
- Arkaitz Bellon Blanco (Elorrio) murió en Puerto I en 2014 tras sufrir un infarto
- Kepa del Hoyo Hernández (Galdakao) murió en Badajoz en 2017 tras sufrir un infarto