Donostia acoge la Manifestación bajo el lema «Ibilian-ibilian etxerako bidean»
Una vez más, gracias por la respuesta masiva, contundente en esta manifestación. Una y mil veces, eskerrik asko!
Un agradecimiento especial, también, a quienes desde opciones políticas, sindicales y sociales diferentes, habéis querido acompañarnos y reivindicar juntos y juntas, la necesidad de avanzar hacia la convivencia, desde el respeto a quienes piensan de manera diferente.
Nos une algo fundamental, como es la defensa de los derechos humanos. De todos los derechos para todas las personas, sin excepción. Porque los DDHH no pueden parcelarse y defender unos y obviar otros.
Prepararos ya, para el 8 de enero. Ese día, tenemos que volver a llenar las calles. Tenemos que lanzar ese grito silencioso o ruidoso, diciendo que hay que terminar con la vulneración de derechos que sufren los presos y presas vascas. Que nos oigan bien, en aquellas instancias que tienen en sus manos poner fin a una política penitenciaria de excepción que dura ya muchas décadas y tanto sufrimiento ha causado a tanta y tanta gente.
Es cierto que el último año ha supuesto un avance hacia otro tipo de política penitenciaria. Con el esfuerzo de los hombres y mujeres de este país, junto a la mayoría política y sindical de nuestro pueblo, hemos avanzado. Hemos dejado atrás las cárceles de Levante, Andalucía o Galizia, pero aún son un centenar de presos y presas en cárceles de España y una veintena en Francia. Ahora nos toca vaciar las cárceles de Castilla, Aragón, Cantabria, Asturias, Logroño o Madrid y a nuestros compañeros de Iparralde, hacer lo mismo, con las cárceles de francesas.
No estamos reivindicando privilegios. Exigimos justicia. Pedimos una legislación de carácter ordinaria, que impida cadenas perpetuas encubiertas; que posibilite la progresión de grados o los permisos penitenciarios a los que tienen derechos los presos y presas vascas.
Con la aplicación de una política penitenciaria ordinaria, mas de un tercio de estos presos y presas, hoy estarían en sus casas.
Desde el pasado 1 de Octubre, encaramos un nuevo tiempo. 23 días hace que la Administración de la CAV, tiene en sus manos la posibilidad de desarrollar una política penitenciaria de carácter humanista, no represiva y que nos acerque a la reconstrucción de la convivencia, tras tantos años de confrontación y sufrimiento.
Esto solo será posible, si entre todos somos capaces de dejar al margen confrontaciones estériles y buscar una solución justa al problema de las cárceles.
Si es esta, y confiamos que así es, la posición de quienes aquí van a desarrollar esta nueva política penitenciaria, nos tendrán a su lado y si así no fuera, continuaremos recordando que una paz justa, requiere de audacia, justicia y humanidad.
SARE, en este objetivo solo está para sumar. No estamos para hacer competencia a la actuación en el ámbito político. Sabemos cual es nuestro campo de actuación y en él, siempre tendrán nuestra colaboración en este objetivo.
Desde la convicción de que es posible avanzar sin olvidar y sin odiar, trasladamos, también, nuestro respeto a todas las victimas de todas las violencias y la necesidad de que su dolor no sea utilizado por nadie, como arma política arrojadiza contra el contrario.
Y todo ello, porque es compatible el respeto a quienes han sufrido cualquiera de las violencias padecidas en nuestro pueblo, con la exigencia del respeto a los derechos que asisten a las personas privadas de libertad.
Es esta la posición que siempre ha defendido la Red Ciudadana SARE y es la que vamos a continuar defendiendo. Y es muy importante que lo hagamos entre todos y todas, porque posiblemente el mayor valor de lo que se ha venido realizando en nuestro País en los últimos dos o tres años, es el haber sido capaces de articular un consenso entre la mayoría política, sindical y social vasca, representada en las instituciones y en la calle.
Preservemos este consenso, porque es el que nos va a permitir presentarnos ante los Gobiernos de Madrid y París, con el respaldo que representa ese 80% de la mayoría política vasca y la unanimidad sindical. Tengámoslo muy en cuenta, porque esa es nuestra fortaleza.
Y si a esto unimos a los miles y miles de ciudadanos que en las calles, pacifica y democráticamente, defienden estos objetivos, tenemos una parte importante del camino recorrido.
Gracias una vez más, por esta aquí. Por estar siempre ahí. No olvidéis de hacer de la utopía, nuestros sueños.
Y terminamos por el principio: el 8 de enero, es la gran cita. Todos y todas apostando por la paz, la convivencia y la resolución.